Comer en Santa Catalina, el barrio más in de Palma

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Comer en Santa Catalina

Comer en Santa Catalina —el barrio más in de Palma de Mallorca— es algo que ofrece un amplio abanico de posibilidades, con opciones donde elegir entre restaurantes, cafés, coctelerías y espacios gastronómicos diversos. Ya para el desayuno —o la merienda— hay algún imprescindible, como La Madeleine de Proust, con sus tartas, dulces y cafés. Una alternativa «healthy» en ese sentido es Mamá Carmen. A la hora de comer en Santa Catalina —o de cenar— hay una larga lista de restaurantes de aire cosmopolita y también tradicional: Patrón Lunares, Nuru, Vandal, Isaan, Naan, Basmati, Sa Fulla, La Fabrique, Duke, Sumaq, Millo…

Entre los atractivos gastronómicos del barrio no hay que olvidar el Mercado de Santa Catalina, un referente entre los de Palma y para los productos tradicionales de Mallorca: sobrasada, aceitunas, vino o aceite de oliva, además de embutidos, quesos, encurtidos o frutos secos y frutas, verduras o productos frescos, con pequeñas gastrotecas y bares donde degustarlos y que hacen del propio mercado un buen lugar donde comer en Santa Catalina.

Santa Catalina se ha convertido en un barrio “de diseño” a partir de su hondo arraigo marinero, con una simbiosis de tradición y modernidad que incluye todo tipo de comercios. Su ambiente atrae a artistas y bohemios, así como a inversores nórdicos y de otras procedencias que han revalorizado la zona a partir de la rehabilitación de sus viviendas, sin dejar de conservar las emblemáticas casitas blancas con persianas mallorquinas o los rasgos modernistas de algunos de sus inmuebles. Dentro de Santa Catalina, la barriada del Jonquet tiene una personalidad peculiar, con sus molinos o el Hostal Cuba, historia viva de la hostelería mallorquina.